Linux Empieza a amenazar la supremacía de Microsoft

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El programa de código abierto ha sido abrazado como la plataforma oficial de miles de oficinas gubernamentales y de instituciones educativas en todo el mundo.

Al menos, se trata de algo evidente para los alumnos de la Escuela Primaria Nooitgedacht, en las afueras de la ciudad de Cape Town (Suráfrica). Se trata de un colegio tan pobre que no puede costear su propia librería y solo unos pocos alumnos tienen dinero suficiente para comprar uniformes.

Sin embargo, en una de las aulas de la institución, 20 estudiantes de quinto grado se encorvan a diario sobre sus respectivos computadores para aprender a manejar procesadores de texto, hojas de cálculo, ratones y teclados.

¿Cómo puede una pequeña escuela pública cubrir la instalación y actualización de software para 20 computadores en una de las regiones más pobres de Suráfrica?

Aunque Linus Torvalds nunca ha visitado Nooitgedacht, hace parte de la respuesta. El programador finlandés tenía solo 21 años en 1991, cuando diseñó el sistema operativo Linux, con la idea de crear una plataforma informática amigable y capaz de competir con Windows, de Microsoft.

En lugar de patentar el software y comercializar sus copias en algún almacén, Torvalds decidió publicar el código fuente de su programa para que cualquier interesado pudiera usarlo y modificarlo según su criterio.

Un programa popular

Esta acción impulsó el movimiento del software de código abierto, que ha sido responsable de la aparición de un sinnúmero de herramientas digitales desde entonces. Estos instrumentos incluyen procesadores de texto, editores de video y aplicaciones empresariales, gratuitas en su mayoría.

De hecho, durante los últimos años, algunas de las más reconocidas compañías tecnológicas del mundo -como IBM, HP y Oracle, entre otras-, e incluso gobiernos como el de Francia y Alemania han abrazado a Linux como una alternativa al dominio de Microsoft en el mercado de computadores.

En la actualidad, el código abierto se ha transformado en una fuerza imparable del mercado tecnológico global.

Todo tipo de instituciones que nunca habrían podido pagar las licencias de Microsoft dan sus primeros pasos en el mundo informático gracias al software libre.

Se trata de programas con grandes capacidades de flexibilidad y adaptación. Pueden ser montados en computadores lentos, viejos o baratos sin presentar problemas de desempeño, y permiten a casi cualquier programador desarrollar su propio software.

Para muchos países, el software libre mantiene vigente la promesa de un desarrollo digital independiente. Es el caso de Suráfrica, que espera poder planear, estructurar y ejecutar su propio futuro en tecnologías de la información, lejos de la influencia de los gigantes del sector.

De otro lado, el ahorro en gastos que brindan las aplicaciones libres puede convertirse en la tendencia que guíe el mercado.

Tal cosa sucederá, como explican expertos en tecnología, porque en ciertos países el precio de una licencia de Windows llega a ser astronómico. Sin ir más lejos, cada copia del software se comercializa en Suráfrica a 280 dólares (casi 800.000 pesos).

Por esa razón, la Agencia Estatal Surafricana de Tecnologías de Información (Sita, por su sigla en inglés), ordenó en enero que todos los sistemas empleados por oficinas gubernamentales fueran de código abierto. Se estima que dicha determinación le ahorrará al estado más de 2.000 millones de dólares cada año (solo por concepto de licenciamiento).

Software a la medida

Otro de los argumentos esgrimidos por los defensores de Linux y del software libre es el de la confiabilidad.

Aseguran que los productos de Microsoft son demasiado complicados y han sido diseñados para adaptarse a la mayoría de perfiles de usuario posible, lo que los hace más propensos a fallas imprevistas.

Las herramientas abiertas, de otro lado, responden a necesidades más específicas. Son más especializados, pero mucho más sencillos de reparar.

De cualquier forma, Suráfrica no es el primer país del mundo que busca ese tipo de soluciones. Ciudades como Porto Alegre (Brasil) optaron por adoptar Linux desde finales de 1990.

Allí, el sistema del pingüino soporta el funcionamiento de computadores en la mayoría de colegios, universidades y oficinas gubernamentales.

Tan buenos resultados arrojó la estrategia que empezó a extenderse por todo Brasil, con la ayuda de comerciantes virtuales, banqueros e, incluso, las fuerzas militares, que cambiaron sus estructuras construidas sobre Microsoft por las opciones de Linux.

En Colombia, un proyecto de ley que pretende obligar a las entidades gubernamentales a adoptar Linux sigue creando polémica. Para algunos, la necesidad de emplear dicha plataforma es evidente; para la mayoría, la conveniencia de un sistema u otro deben decidirla las leyes del mercado.

Seguridad libre

Según los expertos, otro factor importante para la elección de Linux, al menos en el sector oficial, es el de la seguridad.

Mientras que Windows provee opciones de seguridad estándar para su sistema operativo, las posibilidades que brinda Linux son modificables según los requerimientos del usuario.

Así mismo, mientras la compañía de Bill Gates protege sus productos con códigos de fabricación que solo pueden ser analizados por técnicos con aprobación de la firma, Linux puede ser desglosado, analizado y adaptado tantas veces como quiera el usuario.

Por supuesto, expertos aseguran que esto puede convertirse en un problema, pues el desglose de una fuente puede facilitar la labor a los desarrolladores de software de sabotaje.

De otro lado, en países como China, el rumor sobre el espionaje que el Gobierno de Estados Unidos y Microsoft realizan en los computadores de sus usuarios -a través de aplicaciones de puertas traseras incorporadas en el sistema- ha incrementado la popularidad de la plataforma libre local: Red Flag Linux.

Finalmente, asegura Gopala Krishnan, secretario general del gobierno del estado de Madhya Pradesh (India), la adopción del software libre en su región impulsó la inversión en la industria local de programación.

Así mismo, la plataforma les permitió a los niños de la escuela de Nooitgedacht conocer Internet y la tecnología. Para ellos, aunque los computadores sean herramientas aún desconocidas, Linux es un viejo y conocido amigo.

Estructuras sostenibles

En el nudo de la polémica entre la conveniencia de un software u otro, Microsoft no se ha limitado a ser un observador pasivo.

En cuanto el Gobierno surafricano anunció su migración al código abierto el año pasado, el fabricante de Windows ofreció suplir con copias gratuitas de su plataforma a las escuelas públicas del país.

Hilton Theunissen, director de proyectos de la Escuela Nooitgedacht, se muestra escéptico ante el altruismo de Microsoft. "Durante años -asegura- escribí cartas a la firma solicitándole donaciones de software. La mayoría de las veces no atendían mi solicitud. Las pocas veces que lo hicieron fue para enviar una negativa".

De otro lado, según Gordon Frazer, director administrativo de Microsoft para